Este blog pretende dar a conocer la importancia de la familia y el rol que asume en el proceso de formación de cada ser humano, al igual que la alteración que sufre este contexto al enterarse de que uno de sus integrantes presenta una discapacidad.



LOS PADRES FRENTE AL JUEGO

El juego es conocido como el principal espacio de formación y aprendizaje por excelencia, en el cual los niños tienen la posibilidad de explorar el mundo que los rodea de manera espontanea y natural sin la necesidad de estar sometidos a la presión que generan los espacios de aprendizaje estructurados. Además de esto el juego permite que cada chico en compañía de sus amigos, construya sus propios conocimientos a partir de las deducciones a las que llega mediante el ensayo y el error.
Teniendo claro que el juego es un aspecto fundamental en la vida de cada niño es necesario que los padres también se involucren en este proceso y direccionen su participación hacia la buena disposición y la valoración de este espacio de formación. Interesarse en el juego significa tener claro que esta actividad es muy importante y que si bien es un espacio de aprendizaje no produce resultados inmediatos, no por ello los adultos deben pensar que el tiempo que dedican sus hijos a este acto es inútil y de poca relevancia.
Durante el juego los chicos quieren aprender mediante su propio actuar y para esto en muchas ocasiones requieren de largos periodos de tiempo y de cruzar caminos largos y complicados para adquirir algo, que desde la perspectiva del adulto, es simple. Es por ello que los padres que están interesados en jugar con sus hijos y dedicarles un espacio para hacer lo que a ellos les gusta, deben llenarse de paciencia y comprensión para encontrar en el juego los aspectos mágicos que a diario sus niños descubren y de una manera divertida podrán fortalecer los momento de unión familiar.
En los espacios de participación el adulto debe ser muy prudente, pues con frecuencia, debido al fan de su día a día tiende a solucionar las cosas de manera fácil y rápida, lo cual los conduce a que espontáneamente le muestren al niño el camino más corto y práctico para hacer las cosas; también visualizan algunos juegos como tontos y poco funcionales por ello prestan poca atención al niño y su falta de interés y motivación restringen la creatividad de los chicos.
En este sentido los padres deben ser compañeros de juego, expresar su deseo de jugar y no imponer su participación; aprovechar estos espacios para trascender más allá de la simple contemplación de las cosas  e inculcar en los niños el placer por aprender a vencer las dificultades, afrontar nuevos retos, fomentar la imaginación y potenciar los procesos mentales. Los adultos pueden llegar a ser unos grandes colaboradores en lo que se refiere al desarrollo del lenguaje y a la posibilidad de hacerles comprender que todos los juegos tienen una reglas que deben ser cumplidas, ayudarles a diferenciar entre lo real y lo que es producto de su imaginación.
Entre otro de los aspectos importantes del juego es permitirle a los niños que tengan espacios para jugar solos y para compartir con otros chicos; el estar a solas con sus juguetes fortalece su capacidad de exploración, estimula su creatividad, imaginación e independencia, por su parte estar en compañía de otros les enseña a los niños el valor de la responsabilidad, respetar turnos, seguir instrucciones, trabajar cooperativamente y realizar intercambios; todos estos aspectos son indispensables para aumentar la formación de la personalidad de cada ser humano.
Una vez más se reitera que como padres es necesario entender que los niños utilizan el juego como un mecanismo para conocer el mundo que los rodea, por lo que se hace necesario aprender a percibir estas manifestaciones como algo libre y que no debe ser sometido a imposiciones. Pues como lo dice Arango María en su libro “Juguemos con los niños” “una actitud espontanea, comprensiva, abierta, estimula inmensamente la capacidad del niño para jugar”. Es así, como acompañar a los chicos con gusto y agrado hace que tanto el adulto como ellos aprendan cada día cosas nuevas y maravillosas.

BIBLIOGRAFÍA:
ARNGO DE NARVÁEZ María Teresa. (1997). Tomo 3 juguemos con los niños. Enciclopedia de estimulación temprana. Bogotá-Colombia. Ediciones gamma. (pp. 12-13)
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